Sobre
La veneración a los ancestros es ampliamente practicada por muchas de las religiones del mundo actual, incluido el islam, en su rama mística sufí. Se ha practicado durante milenios como parte de las espiritualidades de todo el mundo, pero especialmente en Asia y África occidental y central. Los antiguos celtas, romanos y egipcios practicaban un tipo de veneración a los ancestros. Hoy en día, las primeras naciones (pueblos aborígenes norteamericanos) veneran a sus antepasados como parte de la vida y las prácticas diarias, llevan a los difuntos al centro de sus vidas y honran la creencia de que el tiempo es un círculo eterno donde el ahora contiene tanto el pasado como el futuro. Los practicantes de Hoodoo veneran a los antepasados en una comunidad cerrada, que libera el sufrimiento de generaciones y aborda el trauma que des-estabiliza la situación africana en América. Todos estamos conectados por nuestros genes y ADN, tanto los vivos como los muertos. En este sentido, no existe la verdadera muerte. Aunque el cuerpo deja de funcionar, la esencia de los antepasados vive hoy en nuestros cuerpos y nuestras almas. Sus recuerdos y experiencias forman parte de todo lo que somos. Nuestros cuerpos recuerdan lo que nuestras mentes no, puesto que guardan en cada célula los recuerdos de tiempos pasados. Al conectar con los que forman la línea ancestral que ha llevado a nuestra existencia, reconocemos el hilo siempre vivo que une el tapiz de toda la vida.
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